La altísima dignidad del culto cristiano en los diversos oficios litúrgicos requiere de un montón de detalles de preparación que sería imposible sin un grupo de voluntarios ocupados de este servicio a la comunidad parroquial.
Junto a los lectores, acólitos y ministros extraordinarios de la comunión, la parroquia cuenta con un pequeño grupo o comisión de Liturgia, para preparar dignamente cada una de las celebraciones ordinarias, sobre todo las dominicales y aquellas que son más solemnes.
Tanto para prestar este servicio como para seguir adquiriendo una formación más cualificada, existe una comisión que se reúne cada semana, y para la que se necesita gente.
La designación de los miembros de la comisión así como la formación y discernimiento de los diversos ministerios litúrgicos depende directamente del equipo pastoral.